La leprosería abandonada de Abona
Una de las cosas que tiene convertirse en un “respetable”
padre de familia es que tienes bastante menos tiempo que antes para andar metiéndote
en “sitios oscuros” (como les llama mi abuela).
Llegan las vacaciones y tras buscar como loco por toda la
red acabas dando con un viaje a Tenerife
a un precio razonable, con un paquete de esos de Todo Incluido con la idea de
tirarte todo el día en la piscina del hotel, comiendo como un descosido y jugando
con tu hija de 6 meses. También piensas en alquilar un coche para dar una
vuelta por la isla, subir al Teide y esas cosas que suelen hacer los turistas
normales.
Pero mientras andas por el sur de la isla, trasteando con el
GPS aparece que hay un abandono a pocos km. “¿Oye, y si echamos un vistazo
rápido a esto, sólo por curiosidad?”. Pues para allá que vamos. Total, ni llevo
la réflex, ni el trípode y estamos en plan tranquilo…
Total, que aparcamos el coche, miras monte arriba y ves esto…
-“ Oye, que tal si le das de comer un poco a la enana y yo
subo corriendo a echar un par de fotos rápidas?”
Pues 3 minutos después estaba arriba jadeando como un perro
y pensando que empiezo a estar mayor para correr campo a través en sandalias.
Lo primero que llamaba la atención era la enorme iglesia,
especialmente por el diseño y por estar hecha prácticamente entera de hormigón.
El interior estaba totalmente vacío. Por suerte había
bastante luz para hacer las fotos sin trípode. Aquí se aprecia que no toda la
estructura era de hormigón, sino que las paredes estaban hechas con bloques de
piedra.
En el interior de la nave principal se puede observar mejor.
Las columnas de las esquinas y toda la estructura del tejado eran de hormigón,
mientras que el resto de paredes era de piedra. Resulta raro encontrar un
edificio en este estado de deterioro general pero con todas las estructuras
intactas. Lo normal es encontrar el techo con bastante más agujeros.
Desde una de las ventanas (la tercera por la izquierda, en
la foto del frontal de la iglesia) se podía ver que el número de edificaciones era bastante
importante en dirección al mar. Prácticamente hasta donde alcanzaba la vista
estaban estas edificaciones bajas.
Por el lado contrario, hacia el interior de la isla, apenas
se veían un par de edificaciones más, aunque el camino se perdía en la lejanía.
El último uso del lugar había sido como terreno militar,
destinado sobre todo a campamentos y maniobras. A pesar de la pintada es bastante
dudoso que aquello hubiera sido alguna vez un polvorín.
Del interior de los edificios no hay casi fotos, y la única
salvable (y estuve dudando en si ponerla o no, por borrosa) es esta. Un pasillo central y
con puertas y habitaciones a los lados. Esta claro que la compacta va bien, pero para estas cosas deja bastante que desear.
En esta otra imagen se observa mejor el número de edificios,
todos prácticamente iguales. Eché un vistazo rápido a un par de ellos pero sin
encontrar nada interesante. Ni rastro de mobiliario o cualquier otro detalle
que me llamara la atención. Casi mejor, porque son trípode poco hubiera podido
fotografiar.
Por lo visto estos edificios fueron utilizados como barracones militares y fueron los que más avanzado estado de construcción presentaban.
Por desgracia no tenía mucho más tiempo. El sol cada vez
estaba más bajo en el horizonte y mi chica debía de estar impacientándose, así
que hice una última foto a la iglesia y volví corriendo hacia el coche como
alma que lleva el diablo.
Luego me enteré que aquel lugar se había levantado ideado
como una leprosería. Realmente el sitio era enorme y sólo vi una pequeña parte
del lugar. También parece que nunca se terminó de construir ya que en los 40
aparecieron los primeros tratamientos eficaces contra la lepra por lo que estos
guettos para enfermos dejaron de tener sentido.
El lugar está situado en el pueblo de Abades
y el artículo que mejor cuenta la historia del lugar es el llamado La ciudad fantama.
Si te ha gustado la entrada puede que te interese echar un
vistazo a otros hospitales ,zonas militares
o todos los abandonos localizados en España.
Por cierto, en breve me voy a recorrer Bretaña y Normandía.
Viaje familiar, por supuesto, pero esta vez no me olvidaré la réflex y el
trípode. Por si acaso
Salu2!