Vacío, por favor III
En este post voy a romper alguna norma. Para empezar voy a poner la dirección completa del lugar. También comentar que las fotos las hice (y procesé, que también se nota) hace ya bastante tiempo… Tanto que casi ni me acuerdo. Cosas de “tirar de archivo”, que entre las vacaciones y la falta de tiempo esto de salir de “exploración” está bastante difícil.
Este es el típico abandono que te cruzas con él y piensas cómo es posible que una gasolinera en un sitio tan concurrido pueda haber cerrado.
La gasolinera no era muy grande. Una de esas de pueblo que se ven por todas partes: un par de calles, cuatro surtidores y un pequeño edificio que albergaba tienda, servicios y poco más.
El interior había sido saqueado a base de bien, o tal vez simplemente sus antiguos propietarios se habían llevado todo antes de cerrar.
Apenas quedaban algunos papeles aquí y allá, envoltorios sueltos y una de las “pistolas” que alguien había colgado por allí.
Aparte de la puerta rota del exterior, alguien con mucho tiempo y energía que desperdiciar se había dedicado a echar abajo uno de los tabiques que comunicaban con los aseos, cuya puerta aún seguía bien cerrada.
En el exterior seguían estando los surtidores en relativo buen estado, aunque con parte de las chapas arrancadas.
Diesel a 0.956€. No cabe duda de que la gasolinera llevaba cerrada una buena temporada. ¡Qué tiempos aquellos de juventud y combustible “barato”!
Los surtidores más cercanos a la tienda estaban en bastante peor estado. Tal vez por estar más “escondidos” habían recibido mayores atenciones por parte de los gamberros.
Sin embargo, el más “escondido”, apenas separado unos metros de los anteriores, estaba en perfecto estado de revista.
La máquina de aire tenía un aspecto bastante inusual. Uno está acostumbrado a los sistemas actuales, con una esfera y aguja marcando la presión. Sin embargo esta era bastante distinta. Curiosa.
De no ser por la basura y los plásticos en la pista, el enorme tótem de precios podía parecer en uso. Sin embargo, esos simples detalles, junto a la luz de la puesta de sol y las nubes de tormenta lejanas dan al lugar un extraño aspecto desolado.
Ahora, como comenté al principio, la localización en un enlace de google maps. Cuando queráis y os venga bien podéis pasaros a verla.
La diferencia es desde hace ya unos cuantos meses vuelve a estar en funcionamiento. Una historia con final feliz, de esas tan poco habituales por estos pagos. Lo mismo si alguien hubiera publicado la localización mientras estaba en el estado que aparece en las fotos hubiera sido más rentable tirarla abajo en lugar de reparar los destrozos y hoy sería un solar. O quizá no. ¿Quién sabe?