La fábrica de muñecas.
Esta fábrica es una de esas que ves un día en fotos y te deja fascinado. A pesar de que ya nos habían avisado de que el lugar había decaído mucho y que mejor era no hacerse muchas ilusiones las imágenes se agolpaban en la cabeza, a cual más extraña.
El edificio tiene aspecto de casi cualquier cosa excepto de fábrica. Uno piensa en fábricas y a la cabeza vienen chimeneas, edificios enormes, tubos de metal y muchas máquinas. Viendo el edificio uno pensaba más en taller que en fábrica. Y casi más en “una casa cualquiera” en vez de taller.
Y sin embargo teníamos nada menos que tres pisos de fábrica. Otro punto curioso, que el lugar se extendiera tan a lo alto, en lugar de a lo ancho, como suele ser habitual. Una enorme escalera en recorría los muros de la torre principal, desde la que se abrían tres puertas en cada piso.
En la planta superior…. Moldes y más moldes. Amontonados en viejas estanterías y mesas de madera, cuando no directamente sobre el suelo. Parecían simples ladrillos de escayola, hasta que encontrabas uno abierto que podía ser de cualquier cosa.
No sólo muñecas. También podías encontrar muebles, instrumentos musicales, máscaras… No sé cuantos moldes habría de cada cosa, aunque supongo que más de uno, para poder llevar a cabo una producción estable de cada elemento, pero viendo la cantidad de moldes las combinaciones deberían ser asombrosas.
Las plantas superiores estaban totalmente abarrotadas hasta el punto de resultar casi agobiante en algunos sitios. En algunas partes había que saltar literalmente sobre montones de moldes caídos. Al fondo de una de las alas el suelo se había venido abajo, aunque en general el inmueble se mantenía en pie con bastante entereza.
En la planta intermedia seguía habiendo gran cantidad de moldes, y algunas habitaciones seguían abarrotadas, aunque no en el mismo grado que la superior. En mitad de la sala principal estaba esta enorme estructura de madera de forma cilíndrica. Posiblemente fuera algún tipo de bastidor, tal vez para secar la pintura de algunas piezas, aunque también podría servir para cualquier otra cosa.
Alguien había dejado un pequeño pie de cerámica sobre el eje. Por el difícil equilibrio de la pieza no debió ser mucho tiempo antes. Aunque quién sabe...
En la planta baja fue el único sitio donde encontramos un número significativo de piezas terminadas, aunque en su mayor parte se trataba de extremidades. Las cabezas y cuerpos eran mucho más raros.
Con algo de paciencia se podían “montar” muñecas con las piezas, aunque la disparidad de las piezas y lo poco que coincidían unas con otras daban a los montajes un aspecto un tanto siniestro y “frankensteiniano”.
También encontramos en aquella planta los hornos que se utilizaban para calentar el barro y convertirlo en cerámica. El más antiguo y mayor de ellos era de ladrillo refractario y evidentemente había tenido tiempos mejores. No sé como acabaría así, pero debió costar bastante trabajo dejarlo en ese estado.
El otro, más pequeño, también era de ladrillo, pero el recubrimiento de metal había conseguido mantenerlo en bastante mejor estado que el anterior.
Poca más maquinaria quedaba en la fábrica. Solamente en el exterior encontramos esta especie de “hormigonera” que supongo que servía para realizar la mezcla y obtener la pasta de barro que posteriormente se horneaba para convertirla en cerámica.
Apenas había sótanos, y se encontraban poco más abajo del nivel de la calle. Ninguna luz, algún mueble perdido y alguna figurita.
Ciertamente el lugar está bastante arrasado, aunque sigue manteniendo un encanto extraño por la naturaleza del mismo. Da un poco de lástima no haber visto el lugar en tiempos mejores, pero aún así resultó uno de esos sitios de donde aún puedes sacar detalles en casi cualquier rincón.
Os dejo unos cuantos enlaces con más fotos sobre la fábrica, algunos, como en Territorio Abandonado y El Tiempo Abandonado, son anteriores a nuestra visita. Resulta curioso ver como ciertos detalles nos llaman la atención a todos. En el caso del otro post del lugar, de Maquinas y Escombros, tuve el placer de compartir la visita de este lugar.