Club de alterne abandonado.
A partir de ahora, si me preguntan si alguna vez he estado en un club de alterne, no tendré más remedio que responder que sí. Y además con mi pareja y el perro, pervertido que es uno.
Este en concreto lo tenía “fichado” desde hace bastante tiempo. Hará cosa de casi un año que lo vi al pasar con el coche con aspecto de cerrado, y la siguiente vez que pasé había una enorme pintada en su pared con un SE VENDE y un número de teléfono. Graffiti autorizado, seguro, pero tan feo como el 90% de los que me encuentro.
Entre unas cosas y otras, y sobre todo porque está situado en una autopista de la que es difícil salir si no se va al sitio ex profeso, fui dejando la visita al antro de perversión más de la cuenta. Hasta no hace mucho, que me pilló con ganas y, sobre todo, algo de tiempo que "desperdiciar".
Por desgracia otros no han perdido tanto el tiempo. A pesar del interés del propietario en cerrar el lugar, incluso con portones metálicos y algún muro de ladrillo en una puerta, los amigos de lo ajeno no tuvieron mayor problema para entrar en el lugar y desguazarlo. Curiosamente se llevaron casi todo lo metálico y de utilidad, principalmente cocinas, sanitarios, frigoríficos, griferías y aparatos de aire acondicionado, dejando casi todo el mobiliario en mal estado, pero sin llevarse casi nada.
Así que lo que me encontré fue un burdel con montones de muebles y enseres amontonados y rotos, abierto de par en par y muy solitario.
Por precaución empecé por asomarme por la parte trasera. Por el aspecto del lugar no me hubiera extrañado encontrarme a alguien viviendo allí. Por suerte no fue el caso.
En un edificio aparte se encontraban una serie de habitaciones pequeñas. Todas tenían armarios, vacíos y rotos, y alguna de ellas algún somier o colchón. Probablemente allí sería donde los empleados vivían cuando no estaban trabajando. Los muebles tenían aspecto de tener mucho tiempo. Incluso un armario tenía un montón de pegatinas de la clásica serie V, aquella donde los extraterrestres eran lagartos disfrazados de jamonas y se alimentaban de ratones. La verdad es que estas habitaciones no tenían demasiado interés fotográfico: pequeñas, vacías y con pocos trastos.
En el edificio principal se encontraba la cocina. Como decía antes, casi todo lo de metal había “volado”, aunque los muebles de cocina seguían en su sitio, al igual que gran cantidad de botes y trastos, o las especias en el armario.
Junto a las cocinas se encontraban lo que debieron ser algunas oficinas o similares. Algunos papeles aquí y allá, muchos trastos y armarios movidos de sitio.
Poco más allá se encontraba la “barra americana” del bar. La sala no era especialmente grande, lo que de primeras me sorprendió bastante. De hecho, la mayor parte de los bares de carretera tienen salas más grandes.
Detrás de la barra tampoco quedaba gran cosa. Todas las instalaciones propias de un bar habían desaparecido, quedando apenas un par de mesas y algunas cubiteras y cajas de cerveza vacías.
Pasando a la sala de atrás nos encontramos con algunas cosas curiosas. Lo primero este pequeño armario en una pared. Por el aspecto diría que era donde se guardaban las llaves de las habitaciones o algo similar, pero tampoco estoy totalmente seguro. También podía ser algún tipo de buzón por las ranuras que tenía en cada casillero.
Había un par de ellos, aunque el segundo estaba tirado por los suelos en una esquina.
Las habitaciones tenían poco que ver. La mayor parte de los muebles destrozados y los sanitarios arrancados dejaban poco a la vista, aunque bastante más a la imaginación. Esta habitación, por ejemplo, tenía espejos por todas partes, incluido en el techo.
Sin embargo la habitación mas espectacular fue esta otra, por motivos obvios. Otra cosa fue lo que tuve que sudar para obtener una foto decente. La única luz disponible provenía de la puerta, y esta daba a un pasillo, por lo que la luz era muy escasa. El resultado con el flash integrado era horrible por las sombras, pero sobre todo por el polvo en suspensión. Al final, con una exposición larga e iluminando la estancia con la linterna salió esto. La luz sigue siendo un tanto rara por los espejos, pero el resultado no fue del todo malo.
Dando vueltas por el local encontré unas escaleras. Me sorprendió un poco porque desde fuera hubiera dicho que el edificio sólo era de una altura. Las escaleras estaba oscuras y llenas de telarañas, y el techo muy bajo. Cuando llegué arriba me encontré con esto, aunque bastante más oscuro de lo que aparece en la foto. Una vez más tuve que usar la técnica de la linterna, aunque en este caso la imagen quedó bastante más oscura y requirió mucho más procesado para dejarla mínimamente útil.
Resultaba que el bar me pareció tan pequeño porque había una segunda barra al otro lado de la entrada, y en la que no había reparado al principio.
Esta sala sí que era bastante grande, con un buen número de sillones arrumbados aquí y allá, y una segunda planta con una especie de reservados desde los que se podía ver la sala de abajo, tal y como pude ver tras bajar por las escaleras opuestas a las que usé para subir.
En esta barra, decorada con madera y fieltro, y algunos dibujos “curiosos” había hasta una mesa de diskjokey, de cuyo equipo, lógicamente, sólo quedaba el agujero y unos cuantos cables colgando.
La salida de la sala daba justo a la entrada del local, donde setaba el guardarropa. Al asomarme al principio había pasado por alto la sala porque estaba sumida en la total oscuridad, mientras que la puerta abierta me había deslumbrado. En la habitación junto al guardarropa encontré algo entre desagradable y curioso. Había alrededor de una veintena de bolsas de supermercado llenas de lo que parecían ser…. ¡compresas usadas! Se ve que a alguien se le olvidó sacar la basura antes de echar el cierre.
Aparte de todo eso poca cosa más que reseñar o fotografiar. Algunas carcasas viejas de videos pornos en vetusto formato VHS, unos libros de lo que parecían ser cursos de diseño, montones de botellas vacías de Coca-Cola en el patio o estos zapatos llenos de telarañas.
En general una visita curiosa. Una pena que hayan dejado el local así para robarlo, seguro que unos pocos meses antes hubiera dado mucho más juego. Si alguien está interesado en adquirirlo para montar… Bueno, lo que se quiera montar, que me lo diga y me fijaré en el teléfono del dueño al pasar otra vez por allí. No me llevo comisión.
Salu2!