Hotel de carretera abandonado.
Otra forma de localizar sitios abandonados: los amigotes conversos.
Aparte de los amigos de siempre, compañeros de estudios, jaranas, viajes y demás, de un tiempo a esta parte se me ha unido a la lista de contactos una serie de gente, generalmente implicada en el tema de la fotografía, que de repente descubren que esto de los lugares abandonados es un tema al que es fácil sacarle jugo, fotográficamente hablando.
Así que últimamente hay un buen montoncito de gente que viaja con los ojos pegados a los bordes de la carretera, a ver si aparece algún “cadáver” con forma de edificio grande.
Inciso. Si veis alguno por ahí, en la columna de la derecha está la dirección de email.
En este caso concreto no fue amigote, sino más bien “amigota”, aunque la palabra suene realmente mal (aunque “amiguita” es casi peor). Me contó que en un viaje había visto “algo grande, que parecía un hotel”, incluyendo el kilómetro exacto. Evidentemente a uno se le ocurre pasarse a ver el sitio un día cualquiera, bastante tiempo después, casi por casualidad. Tirar de mapas en casa, localizar un sitio y meterlo en el GPS es llevar mucho trabajo hecho. Tirar de memoria, teléfono móvil, sitios aproximados y que no sabes exactamente que son es mucho más lento, sobre todo por las vueltas que das hasta dar en el clavo.
Al final resultó ser lo que decía: un hotel de carretera. Sorprende un poco que un edificio tan grande llegase a quedar en este estado de abandono. Probablemente el hecho de que estaba situado en un pueblo pequeño y alejado de grandes núcleos de población hicieran que un hotel tan grande y con tan grandes salones tuviera difícil hacer todo el negocio que necesita para mantenerse.
Desde fuera el aspecto era, aparte de abandonado, de bien cerrado. Puertas y rejas en su sitio, así que albergaba pocas esperanzas de echarle un vistazo por dentro.
Sin embargo, en la parte trasera me encontré con que se podía entrar por varios sitios distintos. El primer acceso saltaba bastante a la vista. Estaba situado en el pequeño porche trasero que se ve en la foto. Tanto el cristal exterior como la puerta estaban abiertas de par en par.
La puerta daba a un pasillo de servicio que daba acceso a los sótanos. Puertas arrancadas, muchas hojas secas…
En la parte derecha había varias habitaciones vacías, probablemente almacenes, sin mayor interés. En el fondo se encontraba el cuarto de máquinas, donde aún permanecía bastante maquinaria cubierta de polvo. Calderas, depósitos, tuberías, equipamiento eléctrico. Curiosamente todo el equipo estaba inhabilitado, con cables eléctricos cortados y tuberías desenganchadas. Tal vez pensaron en llevárselo o venderlo cuando se abandonó el lugar, aunque al final cambiaron de idea.
La parte izquierda del pasillo de entrada daba a una serie de salas enormes con suelo de tarima. Probablemente fueran salones de celebraciones. El suelo estaba terriblemente abombado en algunos sitios, como se aprecia en la foto.
Desde aquí también se podía acceder al exterior por los ventanales rotos o abiertos. Fuera había restos de una terraza y una nave a medio construir, con poco más que la estructura metálica.
Conectando con las salas se encontraba el acceso al vestíbulo principal del hotel. Resulta sorprendente lo grande que era, para ser un hotel de carretera.
La zona de la entrada tenía bastantes cristales rotos, aunque la mayor parte de las puertas y demás estaban en buen estado. Incluso algún adorno de escayola seguía luciendo casi tan bien como cuando estaba en funcionamiento.
En la zona de la derecha se encontraba la zona de bar y cocinas. El bar conservaba su barra en perfecto estado, totalmente desprovista de cualquier objeto.
Las cocinas estaban también desnudas de mobiliario. Ni fregaderos, ni cocinas, ni nada de nada. En otras ocasiones da la impresión de que los sitios han sido abandonados precipitadamente, dejando las cosas donde estaban como si el mundo se fuera a acabar al día siguiente. En este caso la impresión es la de que el alquiler se ha acabado y toca sacar todas las cosas antes de cerrar la puerta, y dejarlo todo ordenadito, ya que estamos.
Al otro lado del recibidor se encontraban las habitaciones. Un largo pasillo con puertas a cada lado.
Las habitaciones de la planta baja tenían una pequeña terraza. Probablemente fueran las más caras. También se encontraban prácticamente vacías excepto por alguna tabla o algunas sillas. Por no estar, ni siquiera estaban los aires acondicionados, o los enchufes e interruptores. De no haber visto alguno que otro tirado por ahí hasta hubiera pensado que nunca fueron instalados.
Algunas de las habitaciones tenían restos de vida post-abandono. Una de las habitaciones tenía un pequeño altar consagrado al tabaco y la cerveza, fabricado con uno de esos ejes donde se enrollan los cables de los postes eléctricos y con un tronco viejo.
En el armario empotrado habían puesto esta jaula donde estaba prisionera una botella vacía de cerveza. Probablemente la botella hizo algo terriblemente sacrílego en vida, y fue condenada a pudrirse en aquella jaula por los siglos de los siglos.
También me encontré algunas pintadas con símbolos de
Desde el vestíbulo también se podía acceder a la planta superior, bien por las escaleras principales como por las de servicio, situadas tras la recepción. Las escaleras principales estaban iluminadas por un enorme ventanal que hacía que las escaleras parecieran un lugar bastante más vivo que el resto del edificio, al menos si uno pasaba por alto la enredadera muerta de la pared y los cristales rotos.
El piso superior no se diferenciaba mucho del de abajo. Un largo pasillo apenas iluminado por la luz que entraba por algunas de las habitaciones y restos de haber desguazado toda la instalación eléctrica.
Las habitaciones eran más o menos iguales que las del piso inferior, salvo que en este caso no tenían balcón. En muchos casos se conservaban las persianas, perchas en algunos armarios y alguna silla perdida, aunque ni rastro de camas o similares.
No muy lejos se encontraba otro pequeño edificio donde había varias cocheras y algunas habitaciones vacías en la planta superior. Curiosamente este edificio sí estaba algo más estropeado, con persianas y sanitarios rotos.
Quien sabe si en un futuro alguien le dará nuevo uso a este edificio. No creo que vuelva a ser un hotel, por lo alejado que está de grandes poblaciones, pero a saber si no acabará convertido en club de alterne, asilo de ancianos, o si simplemente se acabará por venir abajo con el tiempo. Ya lo veremos….
Salu2!
Localización: Esta vez, por las características del edificio y la situación me voy a abstener de dar la localización. Normalmente sólo publico localizaciones que están en un estado tan lamentable que poco puede empeorar ya, o lo suficientemente lejos como para que sólo los gamberros locales (que ya conocen el sitio) vayan a destrozarlo, sin necesidad de atraer vándalos foráneos.
Estado: Sorprendentemente bueno. Pintadas y destrozos hay, desde luego, pero ni mucho menos en las cantidades que he visto en otros lugares. Con una buena reforma (buena y muy cara, eso sí) podría volver a funcionar.
Acceso: Hay varios accesos al interior, y no hay vallas o muros que delimiten la parcela. Como buen hotel, hasta tiene aparcamientos.