Douglas DC-3 abandonado en Salamanca.
Con el tiempo, uno desarrolla una curiosa habilidad para observar cosas “inusuales” con el rabillo del ojo mientras conduce, sin apartar la atención de la carretera.
Cuando lo que te encuentras es un gigantesco Douglas DC-3 elevado unos cuatro metros del suelo la cosa pasa de “inusual” a convertirse en algo que se podría clasificar sin problemas como “sorprendente”.
De acuerdo que no es precisamente un lugar abandonado, a no ser que entendamos como lugar cualquier espacio físico en desuso, pero no me negaréis que es un descubrimiento interesante.
El artefacto en cuestión me lo topé por casualidad viajando desde Zamora y Salamanca. Como iba con prisas y con cosas que hacer no pude más que anotar mentalmente donde estaba situado para volver en otra ocasión.
Un par de días más tarde, con más tiempo y cámara en ristre me pasé con la intención de ver aquel bicharraco con más detenimiento.
Los desguaces suelen ser sitios interesantes para los aficionados al óxido y la decadencia, pero raramente se encuentran ejemplares de cacharros voladores en sitios así. Sin embargo, el dueño de este desguace debe de tener cierta afición a estos trastos, ya que además del mencionado DC-3 también cuenta con una avioneta y un pequeño helicóptero subidos en enormes columnas metálicas, como si se hubieran congelado en vuelo para siempre.
Como no todo va a ser ir colándose en los sitios, esta vez bastó con poner una sonrisa, sacar la cámara y pedir permiso para entrar. Ningún problema. Evidentemente en este tipo de sitios nadie piensa que vas a intentar escapar con quinientos kilos de metal a rastras, mientras sujetas una cámara con la mano libre.
En 1935, DC-3 supuso una revolución en su época. Empezó a fabricarse como transporte aéreo de lujo. En una época en la que los vuelos debían ser la versión aérea del bus de pueblo que rodaba por la carretera sin asfaltar junto a un precipicio, este avión vendría a ser un Rolls Royce con alas. Con el tiempo los interiores de lujo fueron desapareciendo, pero la robustez y fiabilidad de estos aviones hicieron que siguieran en fabricación y servicio durante muchos años más, hasta el punto de haber aún unidades en servicio.
Con mis escasos conocimientos de historia aeronáutica, diría que este aparato fue una unidad militar, por la cruz de San Andrés (aspa negra sobre fondo blanco) en su timón de cola. La única referencia que pude sacar de este avión en el desguace es que el dueño lo había traído hace años del cercano aeropuerto de Salamanca, sin más detalles.
El avión está suspendido a unos tres metros de altura sobre su tren de aterrizaje extendido. El tamaño es realmente impresionante. Si os fijáis en la foto tomada desde atrás, observareis la caja azul de un trailer. No se aprecia exactamente en la foto, pero dicha caja estaba cubierta completamente por el avión.
Está en un estado bastante aceptable para llevar tantos años a la intemperie, y desde luego merece una pequeña parada para verlo de cerca.
Además de avión, también me encontré allí al lado a este par de pequeñas que parecían estar esperando a Stewie.
Por último, un apunte para los que hayan llegado aquí buscando aviones viejos. Si pasáis por Madrid cualquier primer domingo de mes (o casi) no podéis perderos la exhibición mensual de
Localización: N40° 59' 36.56", W5° 39' 55.22", en la nacional 630A, muy cerca del estadio Helmántico de fútbol. En google maps apenas se distingue su figura del avión.
Estado: Se conserva bien para su estado y edad. Aunque creo que no me atrevería a volar en él tal y como está.
Acceso: Se puede observar desde cerca desde la carretera, ya que está a pocos metros tras una verja metálica, en alto. En mi caso no hubo mayor problema para entrar a echarle un vistazo.
Enlaces:
Ficha del Douglas DC-3 en la wikipedia en español.
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