La cárcel abandonada de Carabanchel
La cárcel de Carabanchel es uno de esos sitios que podrían englobarse en la categoría de paraíso para quien guste de visitar este tipo de sitios abandonado. No sólo por ser una instalación de proporciones titánicas, sino que también ser un pedazo de la historia de este país.
El edificio empezó a construirse en 1940 para servir de “alojamiento” a los enemigos del régimen franquista. Como tantas otras obras titánicas de la postguerra (presas, el Valle de los Caidos, etc) la mano de obra fueron los prisioneros políticos que posteriormente habitarían esta cárcel tras 4 años de construcción. En sus 55 años de funcionamiento compartieron sus instalaciones presos comunes, políticos, homosexuales (tenían su propia galería, la número 5, también llamada “el palomar”), sindicalistas, etarras…. En su historia se encuentran tristes hitos como varias ejecuciones y motines.
En la web sobre la prisión de Carabanchel en prisiones .es se pueden ver unas fotos de la época en que la cárcel estaba operativa. El contraste con las imagen actual del lugar se hacen patentes. Resulta curiosos reconocer los mismos lugares que has visto llenos de deshechos y escombros cuando aún estaban totalmente limpios e impolutos.
El corazón de la cárcel es una enorme rotonda a partir de la que surgen todas las galerías, como si de una enorme estrella de mar se tratase.
Esta rotonda es un cilindro de alrededor de unos
En el espacio entre estos brazos se encuentra los patios de recreo y algunas instalaciones (talleres, almacenes,…).
Fuera del edificio principal se encuentra lo que fue el centro psiquiátrico penitenciario. El interior está totalmente desbrozados, quedando sólo espacios diáfanos entre las columnas de la estructura. Probablemente se pensase en remodelarlo de alguna manera, pero se quedó en el intento.
El ambiente en el interior de la cárcel es de lo más variado. En la rotonda principal, por ejemplo, la luz que entra y el enorme espacio diáfano dan sensación de amplitud y de vacío, acentuada por los mil ecos producidos por el más simple sonido.
Las galerías de presos son una curiosa amalgama de puertas abiertas (eran de metal, y salvo alguna que otra han sido desguazadas), donde constrasta un maremagnum de objetos (sillas, mesas, etc) que han quedado atrapados en la red metálica tendida en el segundo piso para evitar caídas “accidentales”. A veces, con determinada luz, dan la impresión de estar flotando en el aire.
La mayor parte de la galería cultural muestra los efectos de un incendio que tiznó las paredes de negro, haciendo que el ambiente sea especialmente opresivo en él, sobre todo en los niveles inferiores donde casi no entra la luz.
Casi todas las paredes del lugar se encuentran abundantemente adornadas con graffiti diversos. Al contrario que en otros sitios, en este caso se pueden encontrar auténticas obras de arte que destacan como joyas entre la miríada de firmas sin gracia.
El futuro de esta instalación es el desguace. Los vecinos de la zona piden zonas verdes, un hospital y otros equipamientos. En los planes del ayuntamiento se incluyen un buen número de viviendas de precio libre. En cualquier caso, los graffiti, las celdas, las mil sillas y los suspiros que quedan entre esas paredes están condenados a desaparecer más pronto o más tarde. Alguien comentó la posibilidad de conservar la gigantesca rotonda como recuerdo de lo que fue. No es mala idea, aunque con el precio del terreno que ocupa lo veo difícil.
Estado: Casi todo está destrozado, aunque el lugar es tan enorme que aún quedan sitios más o menos reconocibles. En general, aplicando la debida cautela no hay mayor peligro que en otros
sitios abandonados. Eso sí, como siempre, hay que mirar donde se pisa.
Acceso: Difícil. Al fin y al cabo es una cárcel. Aunque se pensó para evitar que la gente saliera, sus muros y sus puertas cerradas o tapiadas hacen que no sea fácil acceder a ella sin saber por donde. Y aún sabiéndolo, hace falta estar mínimamente en forma. En el interior suele haber bastante gente, especialmente graffiteros y últimamente bastantes fotógrafos. También suelen pulular por allí chatarreros rumanos terminando de desguazar el lugar. No tuvimos problema con ninguno de ellos. La leyenda urbana hablaba de legiones de yonkis habitando el lugar, aunque nosotros no vimos ninguno.
Enlaces:
El grupo de flickr dedicado a recopilar las fotos de la cárcel . Hasta ahora hay más de 400 fotos y el número va creciendo con rapidez. La mayoría de las fotos son muy buenas, pero entre ellas se pueden encontrar auténticas obras de arte.
Contraindicaciones, la primera referencia que tuve al respecto de esta carcel. Las fotos están especialmente orientadas a los graffiti del lugar.
Regreso al purgatorio, un artículo del El País sobre la cárcel en ruinas.
Salu2!